Una gran parte de las actividades que realizamos cotidianamente utilizan el web como herramienta de acceso. Podríamos citar como ejemplos: la lectura de las noticias, la compra de libros, las redes sociales, el pago de nuestros impuestos, y muchísimos más. Además, la economía mundial gira alrededor de empresas tecnológicas que tienen el web en el corazón de su modelo de negocios. Meta (casa matriz de Facebook, Instagram, Whatsapp y Threads), Apple, Microsoft, Amazon y Alphabet (casa matriz de Google y Youtube) están dentro de las 10 primeras empresas del mundo, clasificadas por su valor en bolsa.
El web, elemento indispensable de esta revolución industrial, una de las más grandes, si no la más grande, en la historia de la humanidad, nació en la mente de una sola persona, el físico británico Tim Berners-Lee, ayudado luego en algunos aspectos por el ingeniero belga Robert Cailliau. Y su lugar de nacimiento es bastante improbable, no fue al interior de una empresa tecnológica sino de un centro de investigación en física nuclear: el Consejo Europeo para la Investigación Nuclear (CERN). En este texto, contaré los orígenes del web, así como los conflictos de intereses y de mentalidades que llevaron el peso del web de Europa a Estados Unidos, ilustrando igualmente las diferentes visiones industriales que tienen gran parte de las instituciones académicas europeas y estadounidenses.
Todo empezó en Suiza
Situado en las afueras de Ginebra (Suiza), con un terreno del tamaño de 850 canchas de fútbol, compartido entre Suiza y Francia, el CERN es el mayor centro de investigación en física de partículas del mundo. Creado oficialmente en 1954, los miembros fundadores fueron 12 estados europeos. Hoy, 21 estados europeos participan a su financiamiento, con Alemania (20,5%), Francia (15.1%) y Reino Unido (14.3 %) como sus mayores contribuyentes. Con más de 3 mil empleados a tiempo completo, cada año el CERN recibe más de 15 mil científicos de visita, entre ellos varios Colombianos. Y se dice que todos los ganadores del Premio Nobel de física han pasado por sus instalaciones, desde su creación.
El nacimiento y la verificación de nuevas teorías en física de partículas necesita grandes instalaciones llamadas aceleradores de partículas (ver nota al final del texto), gigantescos dispositivos, fabricados en modelo único, que utilizan ingeniería de punta en varios dominios, así como supercomputadores capaces de realizar cálculos sofisticados y tratamientos de enormes bases de datos. Por esta razón, buena parte de los empleados del CERN son ingenieros y su infraestructura informática es una de las mejores del mundo, lo que ha facilitado el establecimiento de estrechas relaciones con las principales empresas informáticas, en software y hardware.
Nacido en Londres en 1955, Tim Berners-Lee obtuvo un diploma de físico en Oxford y trabajó luego en varias empresas como brillante ingeniero de telecomunicaciones, antes de ser contratado por el CERN en 1984, para trabajar en redes de computador y en lo que era un problema crucial para la gestión del CERN: ¿cómo compartir, rápida y eficazmente, la información entre los miles de investigadores que participan en sus trabajos, dispersados a lo largo y ancho del mundo? El 12 de marzo de 1989, él entregó a su jefe directo, Mike Sendall, un documento proponiendo una solución al problema: Information Management: A Proposal (Gestión de la Información: Una Propuesta). Parte de la genialidad de la propuesta venia de la utilización de dos tecnologías conocidas desde hacia un cierto tiempo, pero que nunca habían sido asociadas en una misma aplicación:
- El hipertexto: tecnología vieja de 20 años en la época (una eternidad en informática), consiste en enlazar varios documentos gracias a la existencia de enlaces “camuflados” en las distintas partes del documento (texto, imágenes, etc). Haciendo un click sobre uno de estos enlaces (los links a los que estamos acostumbrados hoy en día), podemos saltar de un documento a otro, eliminando la consultación lineal del documento (lo que explica el prefijo hiper).
- El Internet Protocol (IP): inventado en Stanford en 1974, es el conjunto de normas que permiten la transmisión de documentos de cualquier tipo entre dos computadores situados en cualquier parte del mundo.
“Vago, pero emocionante” y “¿y ahora?”.
Mike Sendall
La proposición de Berners-Lee consistía en la creación de un software, el web, que gracias a la asociación de estas dos tecnologías permitiría el intercambio de documentos de cualquier tipo entre dos personas cualquiera: los documentos así creados serán hipermedios que mezclan informaciones de todo tipo y podrán ser consultados y modificados a todo momento y en todas partes. La reacción de Mike Sendall a la lectura del documento se limitó a tres palabras escritas sobre la primera página y dos sobre la última: “vago, pero emocionante” y “¿y ahora?”.
Por casualidad, al mismo tiempo, otro ingeniero, en otra división del CERN, propone la utilización de Hypercard, aplicación que utiliza el hipertexto en Macintosh: es Robert Cailliau, nacido en Bélgica en 1947. En enero de 1990, Cailliau habla de su idea a Sendall, durante una pausa en la cafetería. Viendo el punto común, Sendall le habla a Cailliau de la idea de Berners-Lee. Cailliau entiende inmediatamente el mayor alcance, potencia y posibilidades de la proposición de Berners-Lee, lo contacta, abandona su proyecto y se convierte desde ese momento en el mayor propagandista, el evangelizador del web. En efecto, Berners-Lee es un informático genial pero un mal comunicador y le da poco interés a las gestiones administrativas: Cailliau se encarga entonces de los informes, las presentaciones, las demostraciones y los contactos.
La creación del World Wide Web
A pesar de la vaguedad de la propuesta de Berners-Lee, Sendall acepta que él y Cailliau continúen con el proyecto, dándoles tiempo y computadores, pero ninguna ayuda en personal. Una de las primeras decisiones tomadas por el par es el nombre, propuesto por Tim: World Wide Web (la telaraña mundial) o WWW.
Mientras que Robert se encarga de los aspectos administrativos, Tim se ocupa de escribir un programa que permita visualizar y editar en la pantalla del computador las páginas de los hiperdocumentos: un navegador (browser) web, es decir el antecesor de los navegadores actuales (Firefox, Safari, Chrome, por ejemplo). Para poder editar la página que se consulta, Tim utiliza dos tecnologías que el contribuye a desarrollar (algunos dicen que a inventar): HTML, el lenguaje que permite escribir los documentos que incluyen los hiperenlaces, y HTTP, el protocolo que deben respetar dos computadores para comunicar entre sí. Además, inventa el URL (Uniform Resource Locator), dirección asociada a todo documento y que permite su localización, independientemente del computador y del lugar donde se encuentre almacenado (es la información que aparece en la barra superior del navegador cuando consultamos una página del web, después de las letras http://).
El primer sitio web es publicado en diciembre de 1990: http://info.cern.ch/hypertext/WWW/ TheProject.html. Problema: se puede visualizar únicamente con un computador NeXT, joya tecnológica desarrollada por Steve Jobs cuando fue expulsado de Apple pero que, visto su precio, pocas personas pueden comprar. Inclusive el CERN, con sus presupuestos casi ilimitados, le niega su compra a Cailliau, que debe comprarlo de su bolsillo.
« El proyecto es visto como un gadget informático ».
Según el CERN
Unos pocos días antes, Tim y Robert firman una proposición que envían a la dirección del CERN, explicando las funcionalidades del programa propuesto, el costo de su desarrollo, en material y en personal, y el tiempo necesario (seis meses). El director general de la época era Carlo Rubbia, Premio Nobel de física 1984. La respuesta es negativa: el proyecto es visto como un gadget informático, alejado de las prioridades de investigación del centro. La sola concesión es permitirles la contratación de una aprendiz informática durante un año, a quien le confían la escritura de un navegador que pueda ser utilizado en cualquier tipo de computador. El navegador final, llamado Line Mode, puede marchar en efecto en varios tipos de computador, pero sus funcionalidades e interface son inferiores a las del navegador de Tim en el NeXT…
Tim y Robert envían una descripción del web como proposición de artículo para la conferencia mundial sobre hipertexto que tendrá lugar en septiembre 1991, en San Antonio (Texas). ¡El artículo es rechazado! La proposición es considerada una desviación inaceptable de la idea estándar de hipertexto. Como consolación, los organizadores aceptan que una demostración sea presentada en una sesión. Pero la presentación, hecha con Line Mode, es lo más cercano a una catástrofe y nadie entiende la utilidad del web.
Al final de 1992, hay 25 sitios web activos en el mundo, para una centena de usuarios. Incapaces de escribir el navegador universal capaz de atraer más usuarios, Berners-Lee tiene la idea de publicar el código del programa, de renunciar entonces a los derechos de autor, de tal manera que, con suerte, algunos geeks se interesen al problema y escriban gratuitamente el navegador que tanto necesitan. La dirección del CERN considera que la perdida en derechos seria insignificante y dan su acuerdo para que el programa sea publicado en el dominio público: el CERN permite de esta manera que cualquier persona lo modifique y utilice el resultado comercialmente, sin pagar derechos.
La llegada de los Estados Unidos
Y es aquí donde aparece el tercer personaje de nuestra historia: el americano feo, Marc Andreessen, estudiante brillante de informática de la Universidad de Illinois, nacido en 1971 en una familia de agricultores de Iowa. En 1992, Andreessen es contratado por el NCSA (National Center of Supercomputing Applications), centro de su Universidad, para desarrollar un navegador web. El 23 de enero de 1993, Andreessen publica una versión beta de su navegador, libre de derechos, que él llama Mosaic.
Inicialmente, funciona únicamente en computadores Windows pero, muy rápidamente, su popularidad atrae otros programadores que trabajan con Marc para mejorarlo y volverlo universal. Por la primera vez, textos e imágenes pueden visualizarse en la misma ventana y los enlaces son palabras subrayadas en azul. La primera versión oficial del navegador, Mosaic 1.0, es publicada el 22 de abril de 1993, cuando el web posee solo 200 servidores en el mundo.
En diciembre de 1993, el web tenía 250 servidores y sus accesos representaban el 2.5% del tráfico total en internet. Es el momento escogido por Robert para organizar la primera Conferencia mundial del WWW, o Web Conf, que tendrá lugar del 25 al 28 de mayo de 1994, en el CERN. A la gran sorpresa de todos, llegan programadores de todas partes: 400 llenan el auditorio y 200 se quedan por fuera. Es el comienzo de la moda del web.
El éxito de Mosaic es enorme: es descargado más de un millón de veces en pocos meses. El NCSA lo ve como una manera de hacerse publicidad y sus dos patrones aparecen en un articulo que dedica el New York Times a Mosaic en sus páginas económicas. Furioso por no recibir el crédito que merece, Andreessen recibe su diploma, rechaza una oferta de empleo de su Universidad y parte para California, dispuesto a volverse millonario con la informática.
Pero este éxito es mal vivido igualmente por los creadores del web, por dos razones: primero, Mosaic es usado como sinónimo de web, y, segundo, Mosaic no permite la modificación de las páginas web, solo su visualización, contrariamente al diseño original de Berners Lee. Tim y Robert consideran que, sin la posibilidad de edición, Mosaic convierte sus usuarios en simples actores pasivos, lejos de la interactividad con que ellos soñaban para el web.
En enero de 1994, Andreessen es contactado por Jim H. Clark, fundador de Silicon Graphics, la compañía de computadores especializados en aplicaciones graficas más importante de la época. Clark acaba de vender sus partes, convirtiéndose en millonario, y busca un nuevo negocio para invertir una parte de su fortuna. Tiene entonces la idea de desarrollar un nuevo navegador web que acabe con Mosaic. El modelo de negocio que conciben Clark y Andreessen es un navegador distribuido gratuitamente, al tiempo que venden en paralelo las herramientas que permitan la escritura de las páginas a visualizar. El 13 de octubre 1994, el nuevo navegador es publicado, bajo el nombre Netscape Navigator.
Ese mismo mes tiene lugar la segunda edición de la Web Conf, organizada en Chicago por Robert en colaboración con el NCSA. Inicialmente, el NCSA quiere eliminar la palabra web y llamar Mosaic Conf la conferencia. Ante la fuerte oposición de Robert, la conferencia se llama finalmente Web & Mosaic Conf. Y el CERN firma un acuerdo con el NCSA para organizar en colaboración las próximas ediciones de la conferencia.
Al tiempo, los planes de negocio de Andreessen y Clark son un gran éxito: en 6 meses, hay más de 5 millones de descargas gratuitas de Netscape y un gran número de empresas pagan entre mil y cinco mil dólares el derecho de emplear los servidores y crear los sitios que serán visualizados con Netscape. En un año, la empresa alcanza un valor de más de 100 millones de dólares.
« Evitar que la comercialización del web entre en conflicto con su vocación universal ».
La meta Michel Dertouzos
Los medios estadounidenses, que se cuentan entre los primeros usuarios de Netscape, presentan a Andreessen como el creador de esta nueva herramienta informática y nada es mencionado de sus creadores europeos. Y para terminar de americanizar el web, Michel Dertouzos (1936-2001), un griego director del laboratorio de informática de la famosa universidad MIT de Boston, decide contratar a Berners-Lee. Para ese fin, viaja a Suiza y le hace una gran oferta a Tim: dirigir en Boston una nueva organización encargada de elaborar las normas de utilización del web, para evitar que su comercialización entre en conflicto con su vocación universal.
En Europa nada se hace del lado comercial: las compañías telefónicas nacionales temen que el web ataque sus monopolios, contrariamente a USA, donde el mercado es muy abierto. Cailliau ensaya de despertar la Unión Europea presentando en 1994 un proyecto de biblioteca universal, llamada Alexandria, que tendría la misma misión del consorcio de Dertouzos, pero bajo dirección europea. La UE ignora el proyecto y Berners-Lee parte a Boston. Es la ruptura entre Tim y Robert, agravada por el hecho de que el CERN no nombra a Robert como remplazante de Tim, invocando que Robert no es informático…
Un solo web para todos
Comienza entonces la batalla por la creación de un consorcio que garantice que habrá “un solo web, en todas partes y para todos”. Bruselas acoge las negociaciones, con el MIT como representante de Estados Unidos y el CERN y la UE como representantes de Europa. La base de las negociaciones es un documento elaborado por Destouzos y Berners-Lee: el financiamiento sería otorgado por el gobierno gringo, para el MIT, y por la UE, para el CERN. Pero el todo seria gestionado en el MIT, bajo la dirección de Berners-Lee. El CERN se opone a esta centralización y, finalmente, el MIT acepta que los fondos de la UE vayan directamente al CERN. Pero, al mismo tiempo, el MIT contacta un gran número de empresas para invitarlas a hacer parte del “MIT World Wide Web Consortium”. El MIT ganó el partido y el CERN comprende que poco puede hacer.
En realidad, al CERN le queda todavía una patada de ahogado. Como dicho antes, con el fin de atraer geeks que programen gratuitamente el navegador que ellos no quieren financiar, desde abril de 1993 el CERN había declarado que el web era un software de dominio público, que cualquiera puede modificar o utilizar comercialmente, sin pagar ningún derecho. Conscientes del gran error, ahora que el web presenta sus potencialidades económicas, el servicio jurídico del CERN acude de urgencia, en octubre de 1994, al Instituto suizo de la propiedad intelectual para pasar el web del dominio público al open source, dejando la posibilidad a todo el mundo de modificarlo, pero con la obligación de citar la autoría del CERN y la imposibilidad de reclamar la propiedad de la versión modificada.
Un nuevo proyecto de consorcio es preparado por el MIT: el W3C (World Wide Consortium). En este arreglo, las empresas pagan una inscripción anual de 50 mil o de 5 mil dólares, en función del tamaño; el dinero obtenido de esta manera será manejado por el MIT, bajo el control de los miembros; el director será Berners-Lee. La reunión inaugural se hace el 14 de diciembre 1994, primero en Boston y luego en Bruselas, aprovechando la diferencia horaria. Pero la reunión de Bruselas termina mal: los representantes del MIT escuchan a los del CERN presentar un consorcio donde las dos partes están a igualdad, visión contraria a la que ellos presentaron por la mañana en Boston, donde el MIT tiene la dirección. El conflicto termina con la negativa del MIT de firmar el acuerdo.
“Nuestra historia con el web se termina aquí”.
El portavoz del CERN
Para las directivas del CERN, en una nueva muestra de la incomprensión en que tenían el web, esto es una pequeña noticia: la gran noticia es la aprobación, en esos mismos días, del presupuesto para construir el LHC, un nuevo y gigantesco acelerador de partículas. Al final del anuncio del LHC, el portavoz del CERN afirma que sus investigadores se concentrarán en la fabricación del acelerador y no en un programa informático: “nuestra historia con el web se termina aquí”.
Para tener un representante europeo en el W3C, el MIT contacta al INRIA (Instituto nacional francés de investigación en informática y automática), que acepta gustoso el remplazo. Y el consorcio se crea oficialmente el 7 de abril de 1995. Al final de ese año, participan 39 empresas europeas y 65 gringas.
El resto de la historia es conocida. Queda por determinar si la Unión Europea, durante las negociaciones con el MIT, le acordó muchas ventajas a este último: el negociador de la UE fue George Metakides, un griego, antiguo estudiante de Dertouzos en el MIT. Esto será más claro el año próximo, en 2024, cuando se publique la correspondencia entre el CERN, el MIT y la UE: los documentos internos del CERN deben cumplir 30 años antes de volverse públicos.
Conclusión
¿Qué hacen hoy nuestros tres personajes principales? Tim Berners-Lee es todavía director del W3C; fue nombrado Sir por la reina Isabel II de Inglaterra en 2004; cumbre mediática, fue una de las figuras de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Londres de 2012; obtuvo el Premio Turing en 2017 (equivalente al Nobel en informática). Robert Cailliau se jubiló del CERN en 2007 y desde esa época se niega a participar en los medios de comunicación. Ambos miran con malos ojos la evolución comercial del web, contraria a los ideales que perseguían con su creación. Robert Cailliau, en 2013: “Siempre he soñado con una república de ciudadanos responsables, pero ¿dónde está? Los gigantes del web son imperialistas, apenas distinguibles de los estados totalitarios, que deciden lo que es aceptable o no. El web es Facebook y comercial, nada más. Ya no quiero ir allí”.
Tim Berners-Lee, en 2018, se declara “devastado” por la situación del web. Marc Adreessen realizó el sueño que perseguía cuando dejó el NCSA para irse a California: volverse millonario. Hoy es uno de los venture capitalists más importantes de Silicon Valley, a la cabeza de la empresa Andreessen Horowitz.
Para conocer más:
- Quentin Jardon, Alexandria (Gallimard, 2019). Excelente historia, escrita en francés por un periodista belga que entrevistó a todos los personajes, Cailliau incluido. Un resumen fue publicado en 2023: Quentin Jardon, L’inventeur oublié du web (Les cahiers de Sept).
- James Gillies, Robert Cailliau, How the web was born (Oxford University Press, 2000). Se puede ver como la versión oficial del CERN: Gillies fue durante varios años su director de comunicaciones.
- Tim Berners-Lee, Mark Fischetti, Weaving the web (HarperBusiness, 2000). El menos interesante de los tres libros, con un prefacio de Dertouzos, da la visión de Berners-Lee y del MIT, con una supresión casi total del rol de Cailliau (y de los europeos en general: ni siquiera se menciona que Berners-Lee es británico).
El CERN está situado en Ginebra, en la frontera entre Suiza y Francia. Sus principales dispositivos de experimentación son los aceleradores de partículas, donde partículas subatómicas entran en colisión a muy grandes velocidades, para estudiar su descomposición. El futuro acelerador, el FCC, tendrá una circunferencia de 100 kilómetros.