La playlist de mis 70 años (Parte 3/3)

Eduardo Sanchez,

Organización

La playlist está presentada en tres partes:

Cómo escuchar

Hay dos maneras de escuchar la playlist:

  • Como una lista Spotify: Los70SegunEdu. Aconsejo la segunda solución
  • Como un fichero con las 70 canciones, en mejor calidad que Spotify y sin publicidad: lo envío a las personas que lo soliciten a mi dirección email eduardo.zarzal@gmail.com

Rock

Ya lo he dicho y lo repito: para mí, el rock es americano (con honrosas excepciones inglesas y lo del rock latino es pop, algunas veces honorable). El rock encuentra sus raíces en el blues y, un poco, en el country. Y es asunto de guitarras, eléctricas, saturadas, idealmente slide. Pero todo será más claro escuchando los temas siguientes.

  1. The Allman Brothers Band: Statesboro Blues
    El prototipo de un grupo de rock, para mi gusto. Fundado por dos hermanos Allman, Greg (a la voz y al órgano) y Duane (a la guitarra), tuvo siempre una segunda guitarra y, caso bastante raro, dos baterías. Duane Allman fue uno de los mejores guitarristas de su generación, utilizado como músico del famoso estudio Muscle Shoals de Alabama, para grabaciones de grandes artistas de soul, blues y R&B, como Aretha Franklin, Wilson Pickett, King Curtis, entre otros. Su primer compañero en la banda fue Dickey Betts, pero esta pareja de extraordinarios guitarristas duró poco: Duane murió joven en un accidente de moto y Betts salió por problemas de droga. En sus últimos años, la banda vio pasar otros fabulosos guitarristas: Warren Haynes y el joven prodigio Derek Trucks, sobrino de uno de los bateristas originales. Sus conciertos daban lugar a largos jams, con improvisaciones y diálogos inspirados entre las guitarras y el órgano, con la rica sección rítmica detrás.

    El álbum live At Filmore East, grabado en 1971, y del cual este tema es un extracto, está considerado uno de los mejores live de la historia del rock. A partir de 1990, los dos bateristas fueron acompañados por Marc Quiñonez, percusionista latino que acompañó también a Rubén Blades y tuvo su propio grupo de salsa. La banda terminó su larga historia en 2017, con la muerte de Greg Allman. Pero dos grupos continúan la herencia: Gov’t Mule, de Warren Haynes, y Tedeschi Trucks Band, de Derek Trucks (en mi opinión, el mejor grupo de rock actual, con 12 miembros: las guitarras de Trucks y su esposa Susan Tedeschi (una de las mejores voces blancas de soul y blues), dos baterías, bajo, teclados, tres coristas y tres vientos).
  2. Eric Clapton: Layla
    En muchos casos, mi conocimiento del rock en Colombia era más textual que sonoro: ante la ausencia de muchos discos que nunca llegaron a Cali y el monopolio de la salsa en la radio, era la lectura de revistas gringas en la Librería Nacional de la Plaza de Caycedo que me tenía a corriente de la evolución del rock (un lugar especial estaba ocupado por el numero anual que Playboy consagraba a la música). Allí leí que Eric Clapton había sacado un extraordinario disco, con el tema Layla, donde compartía los solos de guitarra con Duane Allman (sin estar acreditado, por problemas contractuales). Cuando llegué a Suiza, una de mis primeras compras fue la de ese álbum. Que tenia que escuchar en casa de unos amigos ecuatorianos, quienes gustaban únicamente la música de su país… Mi amor por Clapton nunca ha desaparecido, a pesar de sus ocasionales viajes por el pop comercial. Pero la organización periódica del festival Crossroads, donde reúne a los mejores guitarristas del mundo hace que le perdone toda desviación.
  3. Led Zeppelin: Immigrant Song
    Los discos de Led Zeppelin llegaron a Cali y me acompañaron sin falta. Clapton y Led Zeppelin, los dos únicos ingleses de esta selección. Pero valen por veinte, cada uno. La guitarra de Jimmy Page y la voz de Robert Plant son modélicas
  4. Santana: Soul Sacrifice
    Otra fuente de información sobre el rock americano eran las películas, que llegaban más fácilmente que los discos. Tres películas me marcaron profundamente y las veo aun, esporádicamente, en momentos de nostalgia de mi juventud hippie: Woodstock, documental del famoso festival de 1969, símbolo del peace and love hippie; Mad Dogs & Englishmen, documental de la fabulosa tournée de Joe Cocker (otro inglés) después de su éxito inesperado en Woodstock; Concert for Bangladesh, del cual ya hablé en la sección de Bob Dylan. Uno de los momentos cumbres de Woodstock fue la actuación de Santana, grupo donde sobresalían el consumo de productos ilícitos, la guitarra de Santana y la batería de un jovencito Michael Shrieve. Soul Sacrifice fue su mejor tema
  5. Los Lobos: La Pistola Y El Corazón
    Este grupo de chicanos de Los Angeles es, de acuerdo con Eric Clapton, el mejor grupo de rock actual. Me parece un poco exagerado, pero sus dos guitarristas, Cesar Rosas y David Hidalgo, me parecen de los mejores. Famosos por la versión de La Bamba que hicieron para la película del mismo nombre en 1987, me parece uno de los grupos más eclécticos, capaces de tocar desde un blues hasta una ranchera. Solo puedo criticarles la poca empatía que tienen con su público, que casi ignoran durante sus conciertos. Paradójicamente, escogí un tema donde las dos guitarras eléctricas son ausentes, una ranchera compuesta en 1988 por David Hidalgo, pero es que la he cantado miles de veces, a grito herido. En la versión actual del grupo, hay tres guitarristas, con Louie Pérez abandonando la batería
  6. Neil Young: Heart Of Gold
    Otro de mis guitarristas icónicos, especialmente acompañado del grupo Crazy Horse (con quienes lo vi en concierto en Paléo, en 1993 y en 2013). En Cali tuve el LP Everybody Knows This Is Nowhere, de 1969, y lo vi en la película Woodstock, con el grupo Crosby, Stills, Nash & Young. Luego he comprado todo lo que saca (y es uno de los rockeros más prolíficos de la historia), incluyendo el álbum Arc, de 1991, compilación de distorsiones de su guitarra en concierto (fui uno los 27 compradores y uno de los 7 que lo escucharon completamente). Heart of Gold es una balada, pero una de las más hermosas de la historia, grabada en 1972 y de una simplicidad genial: toca la guitarra acústica y la harmónica. El concierto de 2013, bajo la lluvia, es considerado uno de los mejores de la historia de Paléo
  7. Lucinda Williams: Joy
    Uno de los pocos temas de disputa con mi nieto, quien no puede aceptar que una de mis cantantes preferidas, Lucinda Williams, venga del country y el folk. Pero Joy, grabada en 1998, es una de las mejores canciones de rock, con una guitarra eléctrica fabulosa. Y la voz de Lucinda puede cantar cualquier cosa. Existe una versión live de Bettye LaVette que puede ser igual de buena que la original: a ver en concierto, sur YouTube
  8. Nirvana: Smells Like Teen Spirit
     El segundo álbum de Nirvana, Nevermind, publicado en 1991, fue una auténtica revolución en el rock, mezclando los símbolos culturales del punk con una música más propia del hard rock, con solos de guitarra eléctrica acompañando la violencia escénica del grupo. Desafortunadamente, Kurt Cobain, líder indiscutible del grupo (guitarra, voz y composición), sucumbió a sus demonios y se suicidó a los 27 años, haciendo parte de la larga lista de rockers muertos a esa temprana edad
  9. North Mississippi Allstars: Down In Mississippi
    Jim Dickison fue una leyenda de la música, como pianista (para Ry Cooder, Aretha Franklin y los Rolling Stones, entre otros) y como productor, no solo de las grandes figuras negras de su Memphis natal, sino también de artistas cubriendo un ancho espectro, desde el pop de Petula Clarck hasta el rock de Big Star o los Replacements. Y una parte importante de su herencia musical está formada por sus hijos Luther (guitarrista) y Cody (baterista), que continuaron el gusto de Jim por el blues, el funk y el rockabilly. Asociados con músicos negros de la región, han participado en un gran número de grupos, pero el principal es el North Mississippi All Stars. Esta versión de Down In Mississippi, blues clásico, fue grabada durante su participación al Festival Bonnaroo en 2004: la slide de Luther es simplemente genial
  10. Janis Joplin: Summertime
    Gran símbolo de la cultura hippie de los años 60, Janis Joplin fue una excelente cantante de rock, capaz igualmente de interpretar el blues como una cantante negra. Sus canciones acompañaban toda reunión hippie respetable (si puede emplearse aquí este término…). Desafortunadamente, sus excesos la llevaron a una muerte por sobredosis de heroína, a los 27 años, edad fatal para el rock. Summertime es una versión, grabada en 1968, totalmente personal y poseída del clásico de George Gershwin
  11. Ry Cooder: Get Away
    Si se habla de guitarra slide, es imposible no mencionar a Ry Cooder, uno de los mejores especialistas. Asociado muy a menudo con el éxito imprevisto de los viejos músicos cubanos de Buenavista Social Club, que él produjo, Ry Cooder es en realidad uno de los guitarristas más eclécticos y fabulosos del rock, capaz de tocar desde el blues más auténtico hasta rancheras con grupos TexMex. Sin contar que ha sido el compositor de la música de varias películas, incluida Paris, Texas de Win Wenders. Get Away hace parte de la banda original de la película Performance (1970) de Nicolas Roeg, con la actuación de Mick Jagger (Cooder toca la guitarra en Sticky Fingers, uno de los mejores álbumes de los Rolling Stones)
  12. Al Kooper: I Love You More Than You’ll Ever Know
    Al Kooper es una de las joyas ocultas más importantes del rock. Aunque pocos conocen su nombre, muchos lo han escuchado, por lo menos en un tema: es el organista de Like A Rolling Stone de Bob Dylan, que grabó con 17 años (se había presentado en el estudio de grabación como guitarrista, pero el lugar estaba ya ocupado). Pero su carrera no termina allí: Kooper es un multi-instrumentista, compositor, cantante, creador de varios grupos (Blues Project y Blood, Sweat & Tears, entre otros) y productor (Lynyrd Skynyrd, B.B. King, por ejemplo). I Love You More Than You’ll Ever Know, una de mis canciones de amor preferidas, fue compuesta por Kooper en 1968, para el primer álbum de Blood, Sweat & Tears, Child Is Father To The Man, pero esta versión es de uno de sus grupos personales
  13. Blood, Sweat & Tears: And When I Die
    Blood, Sweat & Tears     fue un grupo creado en 1967 por Al Kooper, con la idea de un grupo de rock que incluyera una gran sección de vientos, para hacer una especie de fusión rock-jazz. Randy Brecker, que hizo luego una gran carrera en el jazz, era uno de los trompetistas. Sin embargo, Kooper abandonó el grupo después del primer álbum y fue remplazado en la voz por el canadiense David Clayton-Thomas. And When I Die, composición de Laura Nyro, hace parte del segundo álbum, Blood, Sweat & Tears. En la primavera de 1970, el grupo hizo una gira por Europa del Este, como embajadores del Departamento de Estado gringo, lo cual les hizo perder mucha popularidad entre la juventud universitaria. Un documental de esta gira fue publicado este año: What The Hell Happened to Blood, Sweat & Tears?
  14. Robert Randolph & Luther Dickinson: Peekaboo
    Robert Randolph es un virtuoso de la pedal steel guitar, especie de guitarra slide que se toca horizontalmente. Es un instrumento muy popular en las ceremonias religiosas de muchas iglesias protestantes del sur-este de USA y Randolph comenzó su carrera de esta manera. Sus grabaciones mezclan gospel con blues y R&B. En Peekaboo, grabado en vivo en el Festival Bonnaroo, Randolph está asociado con Luther Dickinson, Atención: este tema no está disponible en Spotify
  15. Bruce Springteen: Dancing In The Dark
    ¡The Boss! Sus conciertos son simplemente uno de los mejores espectáculos que pueden verse en el rock. Lo vi en el estadio de Ginebra, en 2013, con un grupo de 18 músicos (formación ampliada de su E Street Band), incluyendo 4 guitarras: él mismo, su compañero de siempre Steve Van Zandt, Nils Lofgren y Tom Morello (guitarrista de Rage Against The Machine), asegurando solos de guitarra como los amo. Tres horas de show sin parar, en comunicación constante con el público (éramos cerca de 30 mil espectadores). ¡El concierto de rock a no perderse! Dancing In The Dark hace parte de Born In The USA, su álbum de 1984
  16. Jimi Hendrix: Purple Haze
    ¿El más grande guitarrista de todos los tiempos? Seguramente uno de los más originales, en todo caso. Su actuación en Woodstock, con la interpretación del himno nacional gringo, marcó toda una generación, entre la que me incluyo. La riqueza de su sonido no necesitaba más acompañamiento que bajo y batería. La publicación de álbumes póstumos, compilaciones de todo tipo, etc, hacen pensar a una larga carrera, pero en realidad Hendrix murió muy joven, de sobredosis, como una víctima más de la maldición rockera de los 27 años. Purple Haze hace parte de su primer álbum, Are You Experienced?, grabado en 1967 y una de las obras maestras del rock psicodélico. Nos quedamos con las ganas de una colaboración que estaba casi decidida entre Hendrix y Miles Davis

Música afro-latina

En esta categoría agrupo toda la música bailable cantada en español, con orígenes diversos, principalmente caribes (Cuba, Puerto Rico, Colombia, República Dominicana, Venezuela, Panamá, esencialmente) y sus ramificaciones gringas (nuevayorkinas en su mayoría).


Entre los 9 y los 22 años viví en Cali, la capital mundial de la salsa, donde esta música, escuchada y bailada, hace parte de la cultura popular y acompaña todas las actividades cotidianas. En Zarzal, la salsa era poco conocida y se prefería la música paisa de Los Graduados y Los Hispanos, grupos detestados en los barrios populares caleños: un afiche, de autor desconocido, aparecía a menudo en las paredes de las principales calles caleñas, anunciando: “El pueblo de Cali rechaza a Los Graduados, Los Hispanos y demás cultores del sonido paisa, hecho a la medida de la burguesía, de su vulgaridad. Porque no se trata de “sufrir me tocó a mí en esta vida” sino de “agúzate, que te están velando. ¡Viva el sentimiento afro-cubano! ¡Viva Puerto Rico libre! Ricardo Ray nos hace falta”.


Pero mi aprendizaje salsero se hizo rápidamente: primero, durante el bachillerato, en el Colegio Santa Librada, colegio público, popular, y, luego, en la Universidad del Valle, donde mis compañeros de voleibol (actividad que ocupaba mis jornadas, de 6am a 6pm) eran todos salseros y parranderos eméritos. Y como mi futura esposa y mi mejor amigo de bachillerato y universidad vivían en el Barrio Junín, donde todos los fines de semana había bailes en las casas de amigos o desconocidos, los ejercicios prácticos eran numerosos. Las clases avanzadas las recibí en dos universidades: El Bar de William y el Cineclub de San Fernando. El primero era un pequeño bar y bailadero, frecuentado esencialmente por estudiantes de UniValle, todos salseros e izquierdistas, donde se escuchaba y se bailaba exclusivamente música cubana y salsa dura. Al cabo de un tiempo, el gordo que controlaba la entrada (siempre había gente rechazada, por lo exiguo del local) nos tenia mesa reservada. Y allí me hicieron los amigos mi despedida, el día anterior de mi viaje a Suiza. El Cineclub de San Fernando ocupa un lugar especial en mi vida: fundado y dirigido por Andrés Caicedo, el escritor caleño que fue un ídolo para toda la juventud caleña de los años 70, estuvo a la base de mi educación cinematográfica y, media hora antes del comienzo de la película, nos dejaba escuchar temas de rock y salsa dura, en medio de humaredas de marihuana. Al final de ¡Viva la música!, la obra maestra de Caicedo, se encuentra una playlist, ejemplo perfecto de lo que se escuchaba en el Cineclub.


Suiza, musicalmente, era peor que Zarzal: no se escuchaba ni siquiera la música paisa y la mayor colonia latinoamericana estaba compuesta por bolivianos (los dejo imaginar el tipo de música que se bailaba…). Como era cuestión de vida o muerte, muy rápidamente organicé bailes con mi música, inicialmente en la sala del restaurante de la residencia estudiantil donde vivía. El éxito fue enorme y casi todos los sábados por la noche reuníamos un buen numero de bailadores, donde empezaron a mezclarse europeos con latinos. Me convertí en el DJ de los bailes latinos, profesión que ejercía gratuitamente, por el solo placer de evangelizar la religión salsera (y, más secretamente, como una manera de no mostrar mis pobres cualidades de bailarín: era imposible abandonar las platinas).


En 1981 participé a la creación de Balelec, el baile del departamento de electricidad de mi universidad suiza, la École Polytechnique Fédérale de Lausanne (EPFL), que se convertiría con el tiempo en una de las más grandes fiestas open air europeas (15 mil participantes en una noche). Durante varios años fui el DJ de la escena latina. En 1982 fue creada la primera radio pública enteramente musical de la Suiza francófona: Couleur 3. Me ofrecieron la animación de su programa latino, Couleur Tropicale, oferta que no acepté por temor a mi marcado acento.

  1. Chucho Valdés & Bebo Valdés: La Comparsa
    Bebo Valdés, el compositor y pianista cubano, es uno de mis grandes amores. Su vida novelesca es casi tan interesante como su obra: después de ser una figura central de la música cubana de los años 1940-1950, Bebo abandonó Cuba y su familia en 1959, para México. Después de numerosos contratiempos, en 1963 se casa con una sueca de 18 años y se establece en Suecia, como pianista de hotel, en un olvido total. Su resurrección comienza en 1993 con una gira por Suecia de Irakere, el grupo de su hijo Chucho, y culmina en 2000 cuando el cineasta español Fernando Truena lo invita a New York para la filmación del documental Calle 54, sobre latin jazz. Chucho es el segundo de una dinastía de pianistas, continuada con su nieto. Aquí tocan, a 4 manos, La Comparsa una de las obras más hermosas del gran compositor cubano Ernesto Lecuona, de la cual poseo casi tantas versiones como de Caravan. Esta versión es una de las mejores, extracto de Calle 54
  2. Bebo Valdés & El Cigala: Lágrimas Negras
    Recuerdo exactamente el momento del año 2003 cuando mi yerno Maxime me dijo que estaba escuchando un disco fabuloso, mezclando música cubana con flamenco. Inmediatamente mis prejuicios descalificaron la obra, sin escucharla: debía ser una vergonzosa explotación comercial del gran talento de Bebo Valdés. Bastaron unos minutos de escucha para tragarme esas palabras: el disco Lágrimas Negras, colaboración de Bebo con el cantante flamenco El Cigala, bajo la dirección de Fernando Trueba y el productor español Javier Limón, es uno de los más hermosos y escuchados de mi colección. Tuve la suerte de escucharlos en concierto en Lyon, en 2004: inolvidable
  3. Benny Moré: San Fernando
    Benny Moré es tal vez el mejor cantante cubano de la historia. Gran aficionado de la música colombiana (poseo una grabación casera donde se le escucha cantando bambucos (¡!), San Fernando es una composición de Lucho Bermúdez, en homenaje al Club San Fernando, gloria del barrio caleño del mismo nombre, donde viví buena parte de mi vida colombiana
  4. Emiliano Salvador & Pablo Milanés: Convergencia
    Mi vida en Suiza, a partir de 1976 (a los 22 años), no me permitió vivir el gran amor de la juventud de izquierda colombiana por dos cantantes y compositores cubanos: Pablo Milanés y Silvio Rodríguez. Del primero, lo prefiero cuando interpreta boleros clásicos. Aquí canta Convergencia, uno de mis boleros preferidos, obra de Marcelino Guerra Rapindey, compositor igualmente de otra obra maestra: Me voy pa’l pueblo. Al piano está Emiliano Salvador, extraordinario pianista cubano, desgraciadamente desaparecido muy joven
  5. Pancho Amat & Silvio Rodríguez: La Cocainómana
    Con este tema, mato tres pájaros de un tiro: es una composición de Miguel Matamoros, creador del famoso Trio Matamoros, icono del son cubano y presente en toda noche de baile cubano caleña; el cantante es Silvio Rodríguez, mencionado en la nota anterior y cuyas composiciones me han dejado siempre frio (afirmación que me ha merecido varias excomuniones entre mis amigos colombianos); el tresero es Pancho Amat, uno de los mejores treseros cubanos contemporáneos. Para terminar, el tema es una prueba de la longevidad del problema de la cocaína en nuestros países (el tema fue compuesto en 1934 y esta versión es de 2002)
  6. Buena Vista Social Club: Dos Gardenias
    La aparición, en 1996, del grupo Buena Vista Social Club, conformado por viejas glorias de la música cubana, sacadas del olvido por una idea del productor inglés Nick Gold, del sello World Circuit, bajo la dirección del guitarrista gringo Ry Cooder (citado en la sección rock de esta playlist) y la producción (casi en la sombra) del cubano Juan de Marcos González, fue una de las grandes sorpresas musicales del siglo XX. Dos gardenias, uno de los más grandes boleros cubanos, está interpretado aquí por Ibrahim Ferrer, uno de los viejitos que más emociones despertó en el público de Buena Vista, llegado a la fama mundial a sus 75 años
  7. Cachao: Bomba E Cuchara
    Cachao, Israel López de su verdadero nombre, es otra gloria musical cubana, sacada del olvido al final de su vida. Miembro de una familia de músicos clásicos, aprendió el bajo desde su infancia y participó en numerosas grabaciones de la edad de oro de la música cubana de los años 50-60. Su exilio en USA lo llevó al olvido, de donde fue resucitado por uno de sus fans, el actor de origen cubano Andy García. Este tema es un excelente ejemplo de descarga, el equivalente cubano de los jams del jazz gringo, donde grandes músicos improvisan alrededor de una idea de base
  8. Celia Cruz: Bemba Colorá
    No es necesario presentar a Celia Cruz, la mayor cantante cubana de la historia, que comenzó su carrera con la Sonora Matancera y la terminó con la Fania, el label nuevayorkino fundado en 1964 por el músico dominicano Johnny Pacheco y el abogado gringo Jerry Masucci, responsable del nacimiento y el auge de la salsa. Este tema lo interpreta en vivo, en un concierto de la Fania All Stars en África, en 1974
  9. Cortijo & Ismael Rivera: El Negro Bembón
    Ismael Rivera, el Sonero mayor o Maelo, es uno de mis cantantes latinos preferidos, intérprete de varias decenas de éxitos bailables, de escucha obligatoria en toda casa y bailadero popular caleño. En este tema es el cantante del grupo de Cortijo, percusionista portorriqueño, intérpretes de algunos de los mejores discos de plena y bomba, dos de los géneros musicales boricuas, al origen, con el son cubano, de la salsa nuevayorkina. Desafortunadamente, los problemas de droga que acompañaron a Cortijo y Maelo limitaron sus carreras
  10. Eddie Palmieri: Vamonos Pa’l Monte
    De acuerdo con mi hija mayor, Mabel, mi consultante en materia pianística, Eddie Palmieri no es tal vez el mejor pianista de salsa (Papo Luca, de la Sonora Ponceña, podría ocupar este lugar) pero si es, seguramente, el más creativo. Sin entrar en estos debates inútiles, lo que si es cierto es que Vamonos pa’l monte, publicado en 1971, era de escucha obligatoria de todas mis noches de DJ
  11. El Gran Combo: Vagabundo
    El Gran Combo es uno de mis grupos portorriqueños preferidos, aun en actividad. Su director y fundador es el pianista Raphael Ithier, pianista en sus inicios del Combo de Cortijo, mencionado anteriormente
  12. Grupo Folklórico Y Experimental Nuevayorkino: Se Me Olvidó Que Te Olvidé
    Otro tema que se escuchaba obligatoriamente en mis noches de DJ, y que fue interpretado varios años después por Bebo y El Cigala. El Grupo Folklórico y Experimental Nuevayorkino era una especie de super grupo, de duración efímera, integrado por grandes figuras de la salsa nuevayorkina (Andy y Jerry González, Oscar Hernández, Alfredo de la Fé, Chocolate Armenteros, Marcelino Guerra, Manny Oquendo, entre otros)
  13. Grupo Niche: Cali Pachanguero
    Cuando tienes la suerte de pasar un día en Cali, es imposible que no escuches varias veces Cali Pachanguero, saliendo de una ventana, de un bus, tatareado por un peatón que te cruza en la calle, etc, etc. Es el himno oficioso de la ciudad, compuesto en 1984 por Jairo Varela, el creador del Grupo Niche. Yo estaba en Cali el 8 de agosto de 2012, cuando murió Varela, y me tocó ver el duelo de toda la ciudad, en un entierro multitudinario. Un momento muy emocionante fue en la noche del día siguiente, cuando el maestro Hugo Candelario González, director del Grupo Bahía, el mejor grupo de música del Pacifico, estrenó una canción en homenaje a Varela, compuesta esa misma noche, durante una presentación de Bahía en Zaperoco, mítico bailadero caleño
  14. Héctor Lavoe: Rompe Saragüey
    Héctor Lavoe, nacido en Ponce (Puerto Rico) en 1946, es considerado por muchos (entre los que me cuento) como el mejor cantante de salsa y es llamado el cantante de los cantantes. Fue una de las grandes estrellas de Fania, el mítico label al origen de la salsa, y grabó sus grandes éxitos entre 1965 y 1975, en colaboración con Willie Colón. Fue muy difícil escoger entre tantos temas fabulosos: Rompe Saragüey fue la decisión de hoy, seguramente influenciado por el excelente solo de piano de Markolino Dimond. Sus últimos años de vida fueron arruinados por problemas de droga y murió de SIDA a los 46 años
  15. Juan Luis Guerra: Los Pajaritos
    El merengue y la bachata, géneros musicales dominicanos, siempre fueron considerados como secundarios con relación a los géneros cubanos y portorriqueños que estuvieron al origen de la salsa. Juan Luis Guerra cambió esta percepción con sus composiciones, enriquecidas con arreglos instrumentales y vocales que revelan su formación musical realizada en la famosa academia Berklee de Boston. En 1990, el álbum Bachata Rosa fue un éxito mundial, Suiza incluida. Los Pajaritos no es una de sus canciones más conocidas, parte del álbum Fogaraté! de 1994, pero es mi preferida a causa de la interpretación que hizo mi hija Mabel con uno de sus grupos
  16. Willie Colón & Rubén Blades: Pedro Navaja
    Rubén Blades (1948-), cantante y compositor panameño, es el principal representante de una salsa con letras de contenido social y político. Pedro Navaja, tema con una duración de más de 7 minutos, bastante alejada del formato standard utilizado en las emisiones radiales, es una crónica donde se cuenta una noche de dos personajes callejeros típicos de las grandes ciudades: el ladrón y la prostituta. Hace parte de Siembra, álbum compuesto enteramente por Blades y producido por Willie Colón, publicado en 1978. Siembra fue una verdadera revolución en la música bailable afro-latina

Los ausentes

La principal dificultad en la elaboración de esta playlist vino de la limitación, arbitraria pero simbólica, del número de temas: 70 por mis 70 años de vida. Como la selección cambia cada día, al día siguiente del cierre ya pensaba en otros temas posibles, en olvidos imperdonables. Pero el próximo cambio esperará 10 años, para los 80 temas de la playlist de mis 80 años. Solo me queda entonces hacer una lista de los grandes ausentes, establecida de manera arbitraria, sin ningún orden ni jerarquía: Joan Manuel Serrat (es tal vez la única ausencia que es igualmente una falta grave: su álbum Mediterráneo es de una perfección absoluta y me ha acompañado desde su publicación en 1971), Miles Davis, Jacques Brel, Caetano Veloso, Charles Aznavour, Arsenio Rodríguez, Astor Piazzola, Bob Marley, The Rolling Stones, Buika, Carole King, Chivirico Dávila, Edith Piaf, Ella Fitzgerald, Elvis Presley, Frank Sinatra, Carlos Vives, Maxime Leforestier, Willy DeVille, Fruko, George Harrison, John Lennon, George Brassens, George Moustaki, Guillermo Portabales, Henry Fiol, Tina Turner, J. J. Cale, Jamie Cullum, Joe Cocker, Rod Stewart, John Hiatt, Los Panchos, Madness, Michael Jackson, Otis Redding, La Sonora Ponceña, Paul Simon, Pedro Luis Ferrer, Polo Montañez, Richie Ray, Roberto Roena, Stevie Ray Vaughan, Tito Rodríguez, Tom Waits, Toto La Momposina, The Who, etc, etc, etc.

Música

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